Consoladores Punto G

Dentro de los consoladores femeninos el consolador punto g es el que más demanda tiene ya que gracias al diseño y la curvatura que tienen son capaces de llegar a estimular lo que otros consoladores no consiguen: el punto g. Y es que toda mujer sabe que el dildo punto g que consiga llegar hasta ahí conseguirá darla los mejores y más intensos orgasmos con mucha más facilidad que cualquier otro consolador.

¿Como son los consoladores punto g?

Son unos consoladores para mujeres que quieres conseguir que se pueda llegar hasta el punto g. El punto G, al contrario que el clítoris, se encuentra dentro de la vagina y en un lugar bastante profundo por lo que no siempre es fácil poder llegar a estimularlo, sin embargo la especial curvatura y diseño que presentan los consoladores para punto g hacen que estos lo puedan encontrar con gran facilidad y por tanto sea más sencilla su estimulación. 

¿Por qué es tan importante usar un consolador para punto g?

Usar uno específico para el punto G no es más ni menos importante, pero si nos ayudará a conseguir nuestro objetivo: el máximo placer. No hay que olvidar que aunque el clítoris y su estimulación provoca un gran placer en las mujeres, es mucho más intenso y largo el placer que una mujer puede obtener con una correcta estimulación del punto G y ahí es donde entran en juego (y nunca mejor dicho) estos consoladores específicos para el punto G.  

Si bien es cierto que puedes conseguir gran placer con los consoladores realísticos que emulan a la perfección el pene masculino o con los consoladores dobles para doble penetración, son los de punto G los únicos que presentan curvaturas y ergonomías tan específicas. Porque precisamente la curvatura es la que marca la diferencia, ni siquiera los consoladores grandes nos pueden dar tanto placer como una correcta estimulación el punto G. 

Comprar un consolador es una decisión muy personal. Por eso siempre es muy importante que elijamos correctamente el consolador que vamos a comprar en función de la estimulación y placer que queramos conseguir o incluso del realismo extremo que queramos disfrutar, como ocurre con el consolador eyaculador que su realismo es tal que incluso simula la eyaculación.